martes, mayo 10, 2005

Una Mujer Árbol

Mi madre era como un árbol frondoso, para dar sombra, protegernos del aguacero, apoyarnos en su tronco, recoger sus hojas como marcador de libros…
Era posible abrazarse a su tronco y sentir la magia del cosmos. La certeza de la calma, su dulzura, su ternura. Permitía que le arrancaran una de sus ramas para convertirla en fogata, abanico, vestido, sombrero...
Cuando el viento aullaba, se movía diestra como bailarina improvisando su mejor acto. Cuando la lluvia se dejaba sentir, permanecía inmóvil, disfrutando las gotas, purificando sus raíces. Cuando el sol era el telón de fondo, lo saludaba airosa con una sonrisa de arco iris.


Hay muchas mujeres magnificas, que como árboles en el desierto, maman hasta la humedad de un suspiro. Al brotar emergen con su perfume, color y movimiento a un mundo, en donde es permisible respirar.

El día comercial de la madre ya paso, y en este cualquier día de mayo, quiero saludar a todas esas mujeres que, a pesar de no haber abultado su vientre, nos entregan todo su amor convertido en follaje.

Alvara, Amanda, Carolina, Paula, Maria Teresa, Irma, Carmen Luz, Anita, Yolanda, Marcela, etc.…También a esas desconocidas mujeres, que nos permiten disfrutar momentos imprescindibles...

Árboles Madres que miran al cielo y que hacen manifiesto, que la vida es un continuo en movimiento.

11 comentarios:

Roberto Arancibia dijo...

Sabes Loba, la Gabriela siempre hablaba -escribía- de árboles.
En Sin tí: "Desde que me quedé sin ti, me quedé sin un árbol, sin un hilo de agua, sin tierra en la tierra".
Y también escribió mucho sobre lss madres.

Y Vicente, en Altazor: "Silencio / Se oye el pulso del mundo como nunca pálido / La tierra acaba de alumbrar un árbol'

Hermoso.

Bueno, eso, árboles.
Y cariños para tí.

Piuke dijo...

Mujer árbol, es la mejor de todas las imágenes posibles para hablar de ese amor que es naturaleza y cultura entremezcladas... árboles de raíces profundas que nos ayudan a vencer nuestros miedos, cuando subimos a su copa para otear el horizonte... A veces me siento un árbol desnudo de invierno y temo no ser capaz de entregar aquellos frutos que el hijo necesita... pero hay días que soy primavera toda y entonces me creo capaz de inventar el mundo en y para este nuevo ser que crece con sus ojos de caballito nuevo...

Anónimo dijo...

árbol adentro de la cabeza echando raíces lejanas que se meten en todas las rendijas, interminable búsqueda del agua, interminable el camino del árbol con sus frutos arriba flotando entre nubes, es que un rayito de sol me anda buscando,

franhilz dijo...

qué lindo loba paridora, qué lindo !
me uno al homenaje a esas mujeres árboles
siempre ahí - para agrado del cosmos

muy lindo

Ángel mutante dijo...

Mi madre era como un árbol y terminé siendo vegetariana...

Anónimo dijo...

Que tu sonrisa siga creciendo entonces hasta las ramas más altas, esas que ya están desnudas.
Por lo tanto, lobita paridora, me arranco una plumita de las alitas más quebradas y te hago cosquillas en la ingle... y en algún otra parte más secreta...
Un besito carnívoro.
Chaoooo.

Ángel mutante dijo...

Esperando que se te sigan cayendo hojitas, querida y quedes desnudita.
Chaoooo.
Besitos sin madre.

Roberto Arancibia dijo...

En mi Blog-Arbol te creció una hojita.
Toda para tí.

R.

Piuke dijo...

Gracias Roberto, por tener una ramita en tu blog.
cariños

Ángel, tus palabras alimentan una parte de mi árbol.
saludos

Anónimo dijo...

Esa maravillosa fotografía de tu madre árbol, me viene a recordar desde un tiempo sepia la superposición de los espacios y los sueños.....su mirada es el punctum del que nos habla Roland Barthes en la cámara lúcida... unos ojos que sonrien hermosos por siempre, unos ojos soñadores que nos invitan y nos susurran secretos, unos ojos que claramente han conocido la felicidad

Ángel mutante dijo...

Ojalá que sea la parte más alta, donde los angelitos se ocultan y hacen sus cositas.

Besitos eucaliptus de cincuenta metros.

Chaoooo.