lunes, agosto 01, 2005

Azul

Alambicados olores perturban
El paciente minuto
En que tú llegas
Las noches se han hecho humo con tu silencio
¡ que nunca estás cuando te presiento!
Gritos me llegan proclamando tu nombre
tus ojos se han ido

Sonrío nada es como ayer
te han volado la cabeza
y una oreja cuelga de tu corazón
¡ no, no estás destrozado!
El lado oscuro por fin te asoma
te miro con adiós
lo nuestro no puede ser
Un suspiro revienta en mi garganta

6 comentarios:

Cpunto dijo...

los gritos proclaman su nombre... ese que se ha ido, como una música suena triste en la garganta, y lo nombras y hay un eco, ese, de la voz tuya,

beso!
C.

franhilz dijo...

'te miro con adiós'

qué gran frase
grandiosa

una vez, sentado en una roca frente al mar
una mujer de pelo y ojos negros
hermosa esfinge
quizás me miró con adiós

mi mano no pudo recorrer ese kilómetro
entre la punta de mis dedos
y la punta de los suyos

y miré el mar con adiós
para no mirarla a ella


hermoso y triste poema

Jean Georges dijo...

Me pedía más final, más frase, pero se quedó en esa última, "Un suspiro revienta en mi garganta". Claro, después de eso nadie puede emitir palabra.
Salud.

c. dijo...

...nunca estás cuando te presiento... qué bonito eso, saludos, c.

Piuke dijo...

Gracias por sus palabras, lamento que el tiempo me lleve por delante y no pueda mantener un contacto más actual
Saludos

Jean Georges dijo...

Si lo sigo leyendo de a poco esa frase se quiere ir conmigo. Así que la dejo por ahí, quietita, para no ser acusado de plagio.